Google+ Bienvenido al manillar: rutas en bici de montaña  : Punta Entinas-Sabinar

viernes, 8 de mayo de 2009

Punta Entinas-Sabinar

Esta estupenda ruta, aunque no ausente de pequeños inconvenientes en el camino, es realmente preciosa y muy recomendable de hacer. Salimos de la villa costera de Roquetas de Mar, cogemos el paseo marítimo hasta que acaba a unos pocos metros de donde iniciamos la etapa. Así que ahora, y siempre paralelos a la playa, nos toca rodar sobre terreno arenoso. A los 3 kms pasamos por un monumento con una cruz de mármol en recuerdo a dos pilotos militares que perdieron la vida en un accidente aéreo, junto a la cruz hay un monolito que contiene una inscripción del Instituto Geográfico Nacional. En ella podemos leer que nos encontramos en un vértice geodésico. Continuamos nuestra ruta y llegamos a una bonita torre vigía-defensiva que data de la época árabe, algo deteriorada por el paso del tiempo. Más adelante empezamos a ver las primeras lagunas de agua salada que nos hacen intuir que las salinas se encuentran ya próximas. También podemos divisar las primeras garcillas y gaviotas que viven en las salinas. Un poco antes nos llevamos una sorpresa, porque el camino de regreso, un pequeño paso a ambos lados del brazo de mar donde se ubican las salinas, se encuentra cortado. No le damos mucha importancia, porque a la vuelta tenemos varias alternativas para escoger, entre ellas aunque no nos agrada mucho, el asfalto. Nos detenemos a observar las salinas unos instantes y a comentar la forma de subir el agua desde el mar hasta donde nos encontramos, para la extracción de la sal. Estas salinas hace ya tiempo que no están en producción. Pero aún quedan los restos y los mecanismos para traer el agua a través de una especie de canal hasta la zona. Es hora de continuar nuestra ruta, pues aún nos queda un largo trecho por recorrer hasta llegar a la villa portuaria de Almerimar. Avanzamos en busca del flamenco rosado de las salinas, un precioso animal que habita en estos parajes. Al poco los encontramos bañando sus largas patas en el agua salobre de las salinas. No pudimos retratarlos debido a que la batería de nuestra cámara se agotó en este instante. Pero podemos aseguraros que son unas aves dignas de admirar por su gran belleza. Más adelante llegamos hasta un pequeño faro. En este punto empiezan las dificultades. Antes de alcanzar el faro, debemos echar el pie a tierra debido a la arena suelta del camino que nos impide rodar. Durante un trecho de un kilómetro más o menos, avanzamos a pie hasta llegar al faro. Un poco antes, nos encontramos con una dificultad añadida, una nube de mosquitos tigre empiezan a cebarse con nosotros, y ante nuestro asombro vemos como se nos pegan por todo el cuerpo. Nosotros, como no es la primera vez que realizamos esta ruta, íbamos prevenidos con parches antimosquitos, con cuatro cada uno. Lo increíble, es que tanto a Antonio como a mí, nos estaban comiendo literalmente, sin que el efecto disuasor de los parches funcionase en absoluto. Decidimos poner pies en polvorosa, mientras nos los íbamos quitando de encima como buenamente podíamos. Pero aun así, yo creo que por la tarde conté unas treinta picaduras. Incluso habían atravesado nuestros maillots. Menos mal que ni Antonio ni yo somos alérgicos. Nos preguntamos el porqué de este salvaje ataque, y caímos en la cuenta de que aparte del calor, la tarde anterior habían caído unas gotas de lluvia en la zona, lo cual había provocado la proliferación de estos animalitos en los charcos de agua dulce. Al fin fuimos a salir a un camino paralelo a los invernaderos y cuando parecía que nos habíamos librado de semejantes seres monstruosos, a unos dos kilómetros de Almerimar, nos encontramos unos enormes charcos de agua dulce plagados de bichitos amenazantes. En este punto, no tuvimos más remedio que dar la vuelta. De regreso cogimos la carretera que va paralela a los invernaderos y luego tomamos un atajo hasta llegar de nuevo al torreón árabe y de ahí a nuestro punto de partida: la localidad de Roquetas de Mar. Otras veces hemos realizado esta ruta, pero rara vez nos hemos librado de las fauces de estos pequeños vampiros. Es algo inherente a esta ruta. Pero esta vez, la verdad es que los encontramos en abundancia y muy enfadados.

Fecha de realización: Mayo de 2009
Tiempo aprox.: 2 horas
Nivel de dificultad: Bajo
Distancia aprox.: 44 Kms

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